Hoy, hablaremos de la otra estrella de cinco puntas que hay escondida (muy escondida) en Schönbrunn.
En el centro del Zoo de Schonbrunn, el más antiguo del mundo, existe un coqueto pabellón octogonal que hoy es una cafetería. En su orígen, este pabellón era utilizado por la emperatriz Maria Theresia y por su marido para dos usos bien distintos. Ella, lo utilizaba como pabellón de desayuno mientras, en compañía de sus damas, observaba a los animales. Francisco Esteban de Lorena, en cambio, utilizaba el pabellón para la reunión de su logia masónica y para sus experimentos con la alquimia.
Estas dos cosas, naturalmente, de manera oculta, no oficial, pues ya se sabe la mala opinión que la Iglesia tenía de la masonería.
Justo en el centro del pabellón, en el sótano (lo que hoy es la cocina del restaurante) hay una estrella de cinco puntas grabada en el suelo . Se supone que la estrella de cinco puntas estuvo desde el principio en el edificio, pero no se puede saber con certeza porque, naturalmente, no hay planos.
La estrella de cinco puntas es un símbolo relacionado con la alquimia. Representaba la conversión de los cuatro elementos de la materia (tierra, fuego, agua y aire) en un quinto, el espíritu, llamado la quinta esencia (de donde viene también la expresión ser “la quintaesencia” de algo o, cuando algo es extremadamente puro se dice también que está quintaesenciado).
El número del pentagrama (108) también era un número muy querido por la sociedad secreta de los rosacruces. 108 es la suma de las letras griegas que forman la palabra pentagrama, y 108 grados miden los ángulos del pentágono regular inscrito en su interior. Los rosacruces creen que la historia funciona en ciclos de 108 años (108 años en los que ellos permanecen ocultos y 108 años en los que trabajan en la luz). El próximo ciclo termina en 2017. A partir de entonces, los rosacruces volverán a las sombras.
